La luna clara es aquella que permite la mayor transmisión de luz visible. Estos lentes de seguridad se utilizan en aplicaciones en interiores donde se requiere protección contra impactos y máxima claridad óptica.
Lunas oscuras: se utilizan durante los días soleados. Estos lentes son ideales para situaciones que pueden causar tensión y fatiga ocular porque reducen la luz y el brillo solar.